Para iniciar este blog haré varias apreciaciones personales sobre los resultados de las elecciones regionales en las cuales se eligió el nuevo gobernador y los alcaldes del Departamento del Caquetá; sin duda alguna, si se trata de identificar perdedores, hay que decir que el Partido Liberal (PL) sufrió una aplastante derrota.
Después de lograr un escaño en la Cámara de Representantes y ganar la Gobernación, el PL era la organización política más posicionada para afrontar el pasado proceso electoral regional, pero varios errores cometidos en la escogencia de los candidatos, el diseño y desarrollo de la campaña conllevaron a la debacle:
1.- De una manera osada el PL intentó quedarse con la gobernación y alcaldía de Florencia, que de conseguirlo se hubiera convertido en el partido hegemónico del Departamento, pero este proyecto ambicioso, de manera coyuntural se ve relegado por una candidatura que logra reunir todos los sectores políticos interesados en evitar que el PL ganara la gobernación (para el PL hubiera sido provechoso que la candidatura de ARNULFO GASCA se sostuviera), pero a la vez existió una reacción ciudadana a la imposición hegemónica del “trapo rojo”; los electores rechazaron que el PL se convirtiera en el “dueño total” del escenario político.
2.- En la escogencia de algunos candidatos a las alcaldías y a la gobernación, los directivos del PL desconocieron los estatutos del partido que establecen la participación y decisión de los directorios municipales y departamental en la escogencia de los candidatos; en casos como el de San Vicente, Paujil y del Departamento, donde no se tuvo en cuenta la decisión de los directorios, fue derrotado.
3.- Como consecuencia del desconocimiento de los directorios se impuso “el bolígrafo” de quienes dirigen esa colectividad, quienes actuaron en forma personal e impusieron sus afectos y malquerencias; esto, en un partido que pretende la participación y un comportamiento democrático para resolver las principales decisiones, se convierte en un boomerang, en un desestimulo y crea un grave precedente para resolver los asuntos internos.
4.- La errática decisión de la gobernación de impulsar en periodo preelectoral una reorganización administrativa en el área de salud, lo que envolvía el retiro forzoso de decenas de funcionarios, generó que el sector público de la salud hiciera una gran y definitiva campaña negativa contra el candidato a la gobernación; además, los diferentes cuestionamientos a los manejos de los asuntos departamentales, en especial, a la contratación pública, crearon el ambiente de que el PL no era la organización política más indicada para continuar dirigiendo el Departamento.
5.- Definitivamente, los partidos deben escoger candidatos que no tengan antecedentes o manchas que le permitan a la oposición o contradictores forjarles una mala imagen; los diferentes incidentes tanto disciplinarios como de opinión que tenía la candidata a la alcaldía de Florencia, fueron bien utilizados para crearle la más alta imagen negativa, lo que condujo a una votación históricamente, adversa siendo doblada por la alcaldesa electa.
Pero, ¿está el PL en total bancarrota?: No; logró que su candidato a la gobernación alcanzara 40.771 votos y su lista a la asamblea 20.738 lo que le permitió elegir tres diputados, constituyéndose en la primera fuerza política en el Departamento, pero, si no existe un esfuerzo en la construcción democrática de su partido, una disminución de la arrogancia de sus dirigentes y una intensa labor encaminada a eliminar la mala imagen a la que han sido sometidos la colectividad y sus líderes, será imposible una recomposición y resurgimiento para los próximos compromisos electorales.
autor: Oscar Conde Ortiz.
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